Así crece el pelo
El pelo es una característica de los mamíferos. pero ¿de qué está hecho?
El pelo está hecho fundamentalmente de queratina, un tipo de proterna. Sale de los folículos situados en la dermis (una capa de la piel que se encuentra entre la epidermis y el tejido subcutáneo) y es un rasgo exclusivo de los mamíferos. Casi todo nuestro cuerpo está cubierto de pelos, aunque algunos son tan finos que no se ven. Al pelo más fino se le llama vello, mientras que al más grueso, pigmentado y más visible, se le llama pelo terminal o androgénico, dependiendo de dónde se encuentre.
La proporción de un tipo u otro varia en cada persona y está influenciada por el sexo. Biológicamente los dos tipos de pelo son bastante parecidos. Ambos tienen cutícula, córtex y médula, formando en su conjunto el eje, bulbo y folículo. La mayor diferencia entre el vello y el pelo androgénico o terminal es el grosor y la pigmentación, que está determinada por la melanina que se encuentra en el córtex. Hay dos tipos de melanina: eumelanina y fenomelanina, de sus niveles depende el color del pelo. El color está determlnado por la genética, mientras que las canas son el resultado de la desaparición de la melanina.
Cada pelo pasa por una fase de crecimiento activo -puede alcanzar hasta 5,5m en algunas personas con un nivel alto decrecimiento-, un periodo de reposo de 2 ó 3 meses hasta finalmente caer. La duración de cada fase depende del tipo de pelo; el pelo de la cabeza tiene un periodo de crecimiento de alrededor de un año. El periodo de crecimiento del pelo corporal es mucho más corto pero su fase descanso (antes de que se caiga) es bastante larga. Que el pelo sea rizado o liso depende de la forma de la fibra: si es circular el pelo será liso y si es ovalada será ondulado o rizado. El grado del rizo depende de lo estirada que esté la forma oval.
La función del pelo varía mucho en los distintos mamíferos, aunque la regulación térmica, junto con la función sensorial, es la más importante. Evolutivamente, el pelo de los humanos ha perdido grosor porque hemos encontrado otros modos de protegernos del frío. El pelo de la cabeza sigue cumpliendo funciones termorreguladoras; sobre la función en el resto del cuerpo no se ha logrado un acuerdo científico.