Momias que se convierten en gelatina negra

Investigadores atestiguan, impotentes, cómo se degradan restos humanos momificados de hace unos 7.000 años.

La momia chinchorro, en el Museo de San Miguel de Azapa, en Arica (Chile), se empieza a degradar.

 

Científicos en el norte de Chile están buscando desesperadamente soluciones para conservar unas momias de 7.000 años de antigüedad que han empezado a ennegrecer. Más de 100 momias han sucumbido a lo que se cree que es una infección bacteriana, fruto de la contaminación moderna, y que hace que unos microbios se hagan un festín con los restos ancestrales. Se ha  sugerido que el incremento de humedad y temperatura han ayudado a esta rápida proliferación bacteriana que está acelerando el proceso de degradación.
Las momias proceden del pueblo chinchorro, en la  Sudamérica prehistórica, de quienes se cree que  empezaron a conservar a los bebés y niños que morían  por el envenenamiento de arsénico ambiental. Estas  poblaciones de cazadoresrecolectores empezaron a embalsamar a sus muertos de esta forma unos 2.000 años antes de que los egipcios iniciaran un proceso  similar para conservar los cuerpos de sus faraones.
Los ejemplares chinchorro están intactos en su mayoría, y los hay desde niños hasta adultos.
Los científicos que conservan las momias han solicitado que la UNESCO las reconozca como Patrimonio de la Humanidad con la esperanza de poder recibir ayuda de la comunidad internacional.

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